En ocasiones la vida y lo que en ella ocurre -o ha ocurrido- nos lleva a experimentar una sensación de intensa incomodidad, para la que no tenemos “respuestas o ideas claras”. Puede provenir de sucesos que han ocurrido en el pasado reciente o lejano -perder el empleo, una enfermedad, la muerte de un ser querido, un abuso en la infancia, un sentimiento de culpa, etcétera-; o bien, sin que tengamos ninguna pista, aparezca dicha sensación. También, puede darse el caso de que identifiquemos el problema al que nos enfrentamos, pero no atinamos a resolverlo, aunque hayamos intentado “todo lo que se nos ha ocurrido”. Finalmente, podría pasar que, contemos con los elementos para resolver la situación que nos aqueja; pero no hayamos logrado “poner en orden” todos los elementos para tomar una decisión final; o que requiramos de alguien que nos pueda escuchar sin juicios. En todos estos supuestos, la psicoterapia podría ser útil.
Por supuesto, la psicoterapia es sólo uno de los caminos disponibles para enfrentar nuestro “problema”, existen otras posibilidades, cada una de ellas con ventajas y desventajas. A lo largo de mi vida, y de mi formación profesional, he encontrado que la psicoterapia es, para mí, la opción preferida. Si elegimos a un terapeuta competente, la psicoterapia parece tener pocas desventajas.
La psicoterapia suele tener “una mala prensa”, como ejemplos de las ideas que la “descalifican” podemos apuntar:
| No terapia, podemos resolverlo nosotros. | Ya fui una vez y no funcionó. |
| La situación no es tan alarmante como para ir a terapia. | La ropa sucia se lava en casa. |
| El tiempo lo cura todo. | Lo nuestro no tiene solución. |
| No creo en la Psicología. | Yo hago mi terapia en el gimnasio. |
| No nos van a decir nada que no sepamos. | Tenemos amigos, no necesitamos terapeutas. |
| No estoy tan mal, tenemos días buenos. | Estoy muy ocupado, no tengo tiempo para eso. |
| Yo no estoy loco. | Qué van a decir los vecinos si se enteran. |
Seguramente cada uno de nosotros puede completar la lista con algunos otros “pretextos” vesrosímiles.
Hay una frase atribuida a Albert Einstein “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”, que resume lo que probablemente ha ocurrido con nuestros intentos fallidos de resolver “la incomodidad” que experimentamos; entonces, ¿por qué no darle una oportunidad a esta nueva posibilidad? En el peor de los casos, sólo nos estamos arriesgando a pagar un par de consultas, y tal vez, podríamos encontrar un espacio para “escucharnos” a nosotros mismos, y quizás “resonar” de diferente manera.